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La introducción del juego en el entorno laboral puede ser considerada una idea inadecuada por algunos, pero hay visión que aboga por que los empresarios y directivos se unan a la revolución lúdica. Esta visión propone que al fomentar la creatividad y el juego, la confianza mutua se incrementa, el estrés se reduce y entorno impulsa la productividad y la colaboración en equipo, logrando mejores resultados.

La investigación y la experiencia personal respaldan la idea de que es posible llevar la imaginación al lugar de trabajo a través de procesos y herramientas específicas. Además, se apuesta firmemente por la inclusión y la diversidad como componentes básicos de la innovación.

Algunos de los beneficios que se pueden obtener al introducir actividades lúdicas en el espacio de trabajo incluyen:

  1. Mejora de la cohesión del equipo, la comunicación y la productividad en empresas de nueva creación y equipos de proyectos de gran envergadura.
  2. Incorporación de herramientas para la creatividad y las nuevas ideas tanto para los miembros del equipo como para los líderes.
  3. Actividades promovidas por el personal de recursos humanos para fortalecer los lazos entre los empleados, aliviar el estrés y aumentar el compromiso.

Unirse a la revolución lúdica implica atreverse a explorar la intersección entre la creatividad, el juego y el trabajo. Se argumenta que introducir una cultura lúdica en el lugar de trabajo es una acción de bajo coste con alto retorno: puede elevar la innovación, la productividad, el compromiso y la felicidad del equipo. A largo plazo, esto beneficia tanto el trabajo como la empresa en general. 

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